sábado, 21 de noviembre de 2009

El circo

Era una mañana de sol. Hacía un calor intenso. El viento tocaba suavemente en los ramajes, como haciendole cariño. El río corría mansamente por su lecho arenoso.
José estaba en la puerta de su casa, cuando oyó, de lejos, palabras sueltas al viento de un canto divertido. Empezó a andar en aquella dirección y en una plaza, alcanzó a las voces y a sus dueños. Era un payaso con enormes piernas de palo y muchos niños alderedor.
El payaso,cantaba así: _ Oh! va el sol sostiene la luna!
Los niños respondían: _ Mira el payaso en medio la calle!
Continuaban así: _Y el payaso qué es?
_ Es ladrón de mujer!
Caminaban y cantaban por las callejuellas.
El payaso, a veces se hacía de crítico de la media y alta sociedad de la ciudad. Del alto de sus piernas de palo, gritaba:
_ E Benedicto bacurau? _ Está en el hueco del palo!
El señor Benedicto era una persona de projeción en la ciudad.
Delante la profesora más vieja y antipática de la escuela: _ Oh! muchacha bella cuál es su nombre? _ Su nombre es botón de calzoncillo de hombre!
Así proseguía por la ciudad y por las callejuellas, haciendo propaganda para el circo y burlandose de las personas más prominentes.
A niños como José, de clase social más elevada, no les era permitido seguirlo.