sábado, 21 de noviembre de 2009

El día inventado

Hoy,temprano, temprano, me he levantado y he salido a caminar alrededor de la laguna que está cerca de mi casa. Allí, he observado el alba. Cómo es bello el amanecer! El horizonte se ha teñido de anaranjado, después rojo, como si el cielo se hubiera vestido de fuego. Al mismo tiempo, se ha propagado por mi cuerpo una enorme paz. Volví a mi casa, mientras recordaba el día en que me levanté temprano para cazar con mi padre, al tiempo de mi niñez....
Salimos por el matorral, rodeando el soberbio río Rubim, que desemboca en el río Jequitinhonha, buscando por los pequeños animales. Mi padre caminaba delante con la espingarda al hombro, yo lo seguía. Cuando oía el sonido del tiro, yo corría rapidamente a agarrar el pobrecito animal ya moribundo.
Ah! el tiempo, el tiempo!
Cuando he llegado a casa, sentí el olor de los ramajes traídas por los recuerdos en las alas del viento.
He entrado y me he asaltado la cruel realidad.